Muchos habéis oído hablar de bitcoin, sin embargo, el concepto “cadena de bloques”, más conocido como Blockchain, no está tan popularizado.
Una blockchain, es una base de datos distribuida que funciona como un libro de contabilidad en el que se apuntan todas las transacciones, indicando tipo de operación, cantidades, fechas y participantes. Al utilizar claves criptográficas y al estar distribuido por muchos ordenadores (personas) presenta ventajas en la seguridad frente a manipulaciones y fraudes.
Todas las transacciones son públicas, pero al mismo tiempo anónimas, ya que no se pueden asociar a ninguna persona. Hay que matizar, que una blockchain puede ser pública (como ocurre en el caso de las criptodivisas) o privada (cuando se trata de blockchains empresariales).
La cadena de bloques es almacenada por todos aquellos nodos de la red que se mantienen en sincronía con ésta. Todos los bloques que conforman la cadena tienen un hash (contraseña alfanúmerica) del bloque anterior. Los bloques se ordenan en la cadena por orden cronológico y gracias a ese hash, todos los bloques están referenciados por el bloque que los creo, por lo que solo los bloques que contienen un hash valido son introducidos en la cadena y replicados a todos los nodos. Gracias a este sistema, es prácticamente imposible modificar un bloque de la cadena.
Fig. 1. Esquema simplificado de la cadena de bloques.
Como se puede apreciar en la figura 1, cada bloque perteneciente a la cadena de bloques contiene información referente a las transacciones relativas a un periodo (agrupadas en una estructura denominada Merkle Tree), la dirección criptográfica (apuntador hash) del bloque anterior y un número arbitrario único (nonce).
Debido al consenso que existe en esta tecnología, aunque uno cree una ramificación fraudulenta en una blockchain, esa rama morirá debido a que el grueso de la comunidad (51%) no validará ese bloque. Falsificar una entrada en la cadena de bloques equivaldría a conseguir que más de la mitad de la gente se pusiese de acuerdo en mentir.
Fig. 2. Diagrama de un sistema de bloques.
La tecnología Blockchain, es la base tecnológica del funcionamiento del bitcoin y del resto de cryptodivisas existentes. Además, está llamada a ser la tecnología que revolucionará el futuro en múltiples ámbitos, empezando por el financiero.
El banco Santander, por ejemplo, estima el ahorro que la tecnología Blockchain puede suponer para la banca en 20.000 millones de dólares al año y el jefe de innovación del banco suizo UBS piensa que la Blockchain va a simplificar toda su operativa de forma masiva.
Bitcoin es solo el principio.